Soldados estadounidenses, casi niños, fueron enviados a irak. Ríen, torturan, mastican chiclets,gritan y matan sin imortarles el ser al que destinan sus atrocidades. Recién cuando una explosión les arranca una pierna, un brazo o una bala los hiere gravemente, toman conciencia se su accionar.
Conciencia.
Pasó la mano por su rostro sintiendo una plástica humedad. Miró sus dedos y lo supo. Intentando limpiárselos rozó apenas el uniforme y encontró el hueco caliente. Allí los dejó. El pulgar de la otra mano martilló el arma. Lentamente movió el brazo hasta que la apoyó en la sien.
lunes, 23 de junio de 2008
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